Para muchos de ustedes un viaje significará ilusión, fastidio, oportunidad, deseo, contratiempo, multitud de sentimientos encontrados o enfrentados, similares u opuestos dependiendo del tipo que sea.
Los hay de trabajo que les viene bien o mal, de vacaciones elegidas o impuestas, de novios (aquí se supone que coincidirán todos al menos a la ida, la vuelta puede ser otra cosa), y así multitud de ejemplos. Pero casi todos estarán de acuerdo en que el traslado hasta el punto de salida, estación, puerto o aeropuerto, es de lo más incómodo y fastidioso. Incluso si viajan con su vehículo particular hasta que llegan a la carretera, autovía normalmente, es un trayecto que en época de salidas de vacaciones puede durar más que todo el trayecto si es día de salida.
Pero de lo que habitualmente se trata es del taxi. Para un viaje de ida y vuelta, normalmente por trabajo y con poco o nulo equipaje, se suele usar el transporte público e incluso el propio coche. Hay tarifas públicas en los parking de los aeropuertos, aunque difíciles de contratar luego por lo laborioso y exigente de las condiciones. Si es parking de larga estancia, también son de larga distancia. Y la opción lógica de llamar un taxi no está exenta de sorpresas desagradables e imprevistos de última hora, toda vez que no es “su” taxi. Hay hasta blogs escribiendo del tema.
Ese problema ya no existe y la inquietud de que la espera del medio de llegar les haga perder la paciencia sino el vuelo también hoy en día ya no existe. Llame a su propio taxi, conozca el precio del servicio de antemano, pregunte por ofertas y descuentos, pague con el medio que desee, tarjetas, incluso PayPal o en línea el 15% o el 100% de la tarifa. Solo tiene que entrar en Reservar taxi y avisar al suyo. Una inquietud menos y un problema solucionado. Lo recomendarán.