Ayer comenzó en la Audiencia Provincial de Girona el juicio con jurado popular contra L. A. T., de 23 años, acusado de un delito de asesinato por el que el ministerio fiscal pide 20 años de prisión y que indemnice con 200 mil euros a los familiares de la víctima, el escocés Andrew Milroy, que cuando perdió la vida tenía 15 años de edad.
Los hechos que se juzgan ocurrieron la madrugada del 17 de julio de 2011. Según la acusación, la víctima y cinco amigos suyos fueron a las fiestas del barrio de Can Carbó. Transcurridas unas horas, dos miembros de este grupo se dedicaron a amenazar y robar a los viandantes, aunque la víctima se mantuvo al margen.
El acusado y un amigo, que pasaban unos días de vacaciones en Lloret, pasaron por el lugar donde estaba el grupo y supuestamente intentaron robar al acusado. Este se habría dirigido a la habitación del hotel y cogió una navaja. Salió a la calle y se enfrentó al grupo, clavando a Milroy la navaja en una axila y produciéndole una herida mortal.
L.A.T. fue detenido un mes después en su domiciio en Francia. Ayer, ante el jurado popular explicó que la navaja se la había regalado su abuelo al cumplir 18 años y que de forma habitual la llevaba en su vehículo. Cuando llegó a Lloret, sacó del coche las cosas de valor que tenía y recogió la navaja. Con esta explicación dio a entender que cuando se enfrentó al grupo la llevaba de forma fortuita.
Dijo que la noche del suceso había bebido varios combinados con alcohol y que cuando le atacaron los jóvenes sintió miedo ya que quedó acorralado y, además, estaba embriagado. Afirmó que no fue consciente que había utilizado la navaja hasta que vio en su habitación que estaba manchada de sangre. Según declaró, pensó que solo había causado una herida superficial.
También relató que no fue consciente de la gravedad de su agresión hasta que fue detenido. Asimismo realizó un comentario en el que vino a mostrarse arrepentido por lo ocurrido. Con su declaración, premusiblemente el acusado trata de buscar una atenuante cualificada, o eximente incompleta del delito, que rebaje de forma sustancial la pena que al final recaiga sobre él.
En este sentido, será clave el veredicto del tribunal, pues casi con toda seguridad deberá posicionarse si atacó a la víctima con premeditación o bien causó la muerte de forma involuntaria o no deseada.
Cuando los nueve miembros del tribunal del jurado dicten el veredicto, deberá ser el magistrado que preside el juicio, el que elabore la sentencia. El veredicto del jurado se configurará a partir de las votaciones realicen sobre las respuestas del cuestionario que elabore el magistrado, cuando finalicen las declaraciones de testigos y peritos. Entonces, será el magistrado el que fije la pena privativa de libertad.
Junto al procesado se sienta en el banquillo de los acusado otro joven, Jeremy P., para el que el fiscal pide una pena de multa de 400 euros por una falta de lesiones, ya que habría agredido a uno de los menores que supuestamente robaban a los viandantes.