Quim Llorens

El festival de cerveza artesana Birrasana dejará de celebrarse los próximos años en Blanes ya que lo acogerá la vecina población de Lloret de Mar. El acuerdo entre el Ayuntamiento de Lloret y los promotores del evento se oficializará el próximo lunes con la presentación del festival, que contará con la asistencia de los organizadores, del alcalde Jaume Dulsat y del concejal de Promoción Económica Jordi Orobitg.

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El concejal, en un comunicado del Ayuntamiento, subraya que Birrasana aportará a Lloret un «valor diferencial» en la oferta turística de la ciudad. Se celebrará durante tres días, del sábado 29 de abril al lunes 1 de Mayo.

Birrasana se instalará en el Paseo Marítimo, en concreto en el aparcamiento de Sa Caleta. El recinto, que acogerá a 35 cerveceros catalanes, del resto de España y de países extranjeros, tendrá una superficie de 4.000 metros cuadrados, de los que 1.200 estarán cubiertos por una vela.

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Como complemento, varios puestos ofrecen comida de elaboración rápida y en las anteriores ediciones se pudieron disfrutar actuaciones musicales. Hasta ahora, para degustar una cerveza era imprescindible adquirir por varios euros un vaso de vidrio que llevaba estampado el anagrama de Birrasana. Después, el interesado acudía a los puestos, donde le servían la cerveza en su vaso. Tambén, se le entregaba el catálogo del Birrasana con el listado de expositores y todas las variedades de cervezas.

Birrasana se ha organizado en el paseo del mar de Blanes durante seis ediciones, entre 2011 y 2016 los meses de primavera. Ha corrido cargo de la Asociación Birrasana y la empresa Cervesa Artesana Marina, ubicada en el barrio de Mas Florit, ambas impulsadas por las mismas personas. La mayor parte de los años ha contado con subvenciones del Ayuntamiento de Blanes y de la Diputación de Girona que totalizaban 10.000 euros.

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El evento no era bien visto por una parte de los negocios situados en el paseo del mar ya que les hacía la competencia durante el fin de semana que se programaba Birrasana. El año pasado, además, suscitó el recelo del grupo municipal Batega per Blanes, que cuestionó los 5.000 euros de subvención que aportaba el Ayuntamiento. El alcalde Miquel Lupiáñez argumentó entonces que Birrasana contribuía a promocionar la ciudad.

Para recibir la subvención, los organizadores estaban obligados a entregar en el Ayuntamiento días después celebrarse el evento un informe reflejando las actividades realizadas y costes del evento.