La auditoría de cuentas es una herramienta legal muy útil e interesante para las pequeñas y medianas empresas. Tanto a unas como a otras, les permite verificar el estado de su contabilidad. Además, es obligatoria para aquellas sociedades que cumplan una serie de parámetros. Por todo ello, es importante conocer esta figura legal.
Definición de auditoría de cuentas
En líneas generales, podemos definir la auditoría de cuentas como el procedimiento a través del cual un experto independiente verifica la contabilidad de una empresa. Es decir, garantiza que responde a su estado financiero real. Gracias a ella, la sociedad mercantil auditada puede demostrar su salud económica ante sus clientes y accionistas.
Tipos de auditorías
Podría hablarse de distintas clases de auditorías en función de los aspectos contables analizados. Sin embargo, hay dos grandes tipos de ellas.
El primero es la auditoría obligatoria, que también se hace con mayor frecuencia. Como decíamos, hay empresas que están obligadas por la Ley de Sociedades de Capital a realizarlas anualmente. En concreto, deben hacerla aquellas mercantiles que cumplan, durante al menos dos años consecutivos, dos de estas condiciones:
- Tener unos ingresos que superen los 5 700 000 euros.
- Poseer un activo superior a 2 850 000 euros.
- Contar con más de 50 empleados.
- Recibir subvenciones públicas por un importe superior a los 600 000 euros.
Asimismo, con independencia de que cumplan estas circunstancias, están obligadas a realizar auditorías anuales todas las consideradas entidades de interés público. Entre ellas, las empresas aseguradoras y de crédito, las fundaciones pertenecientes a bancos, las sociedades de pago y las que operen con dinero electrónico.
Por otra parte, están las auditorías voluntarias. Como su propio nombre indica, se realizan por deseo de la propia empresa que se va a someter a ella. Las razones pueden ser variadas. Por ejemplo, que lo acuerden los accionistas de la sociedad. En este caso, para exigirla, deben contar con, al menos, el 5 % del capital social. También puede pedirse una auditoría por existir la obligación contractual de hacerla con un tercero o por otros motivos. Sin embargo, pese a ser voluntaria, debe cumplir los mismos requisitos que la obligatoria.
Requisitos de una auditoría de cuentas
El principal requisito para que una auditoría sea legal tiene que ver con quien la realiza. Debe hacerla una persona o sociedad auditora ajena a la empresa y debidamente autorizada. Para esto último, debe estar inscrita en el Registro Oficial de Auditores de Cuentas (ROAC), que a su vez pertenece al Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC).
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En conclusión, una auditoría de cuentas siempre es ventajosa para una sociedad mercantil. Aunque la ley no la obligue a hacerla, le permite conocer su verdadero estado financiero.