El Aeropuerto de Girona – Costa Brava, infraestructura que alimenta el sector turístico en la Costa Brava y dinamiza la economía de la provincia, es una de las infraestructuras dedicadas a la movilidad que más ha sufrido los efectos de la pandemia de Covid-19. El año pasado solo contabilizó el paso de 172.213 pasajeros, un 91,1% menos que en 2019, año que recibió 1.933.049 pasajeros.
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De los aeropuertos de Aena, solo el de Reus superó al de Girona en la caída de pasajeros. En efecto, Reus perdió el 96,2% de pasajeros en relación a 2019. Los restantes aeropuertos tuvieron descensos impresionantes, pero menores que el de Girona – Costa Brava.
Uno de los motivos para este desplome es que la aerolínea Ryanair ha dejado de volar este invierno con lo cual, de facto el Aeropuerto de Girona está inactivo y solo registra vuelos de emergencias y escuelas de pilotos que realizan despegues y aterrizajes como prácticas de formación de futuros pilotos.
Por este motivo, Girona presenta unas cifras más atractivas en el apartado de operaciones aéreas: se registraron 9.991, un 45,3% menos que en 2019. Por los que se refiere al volumen de mercancías transportadas, se superaron por poco las 327 toneladas, un 318% más que en 2019.
En diciembre, el aeropuerto gerundense solo contabilizó 1.092 pasajeros, un 97,1% menos que en diciembre de 2019. Esta cifra corresponde a usuarios de aviones y helicópteros privados -no se cuenta el piloto de la aeronave-, pues en Girona no ha habido vuelos de pasajeros en diciembre.