Reducir el consumo de carne y pescado, sin renunciar completamente a estos, es la nueva tendencia alimentaria que, según los especialistas, se prevé que crezca en Europa en 2020.
Esta tendencia pone el acento en un modo de alimentación que reduce el consumo de carne y pescado, y además lo orienta a favor de producciones que sean sostenibles y ecológicas.
Ello ofrece una alternativa dietética más ecológica y sostenible para aquellos consumidores preocupados por los efectivos nocivos de la ganadería sobre el medio ambiente y el cambio climático (CO2), y por los efectos residuales del mercurio en los océanos.
También es una alternativa para aquellos que, sin querer renunciar a alimentarse de carne y pescado, temen su consumo excesivo.
En la misma línea, la nutricionista Vanessa Bordas de Obbio, espacio de alimentación saludable y que ofrece únicamente productos con sello ecológico, explica que esta tendencia ya comienza a estar presente en las consultas de sus consumidores: “Muchos de nuestros clientes buscan reducir, pero no eliminar, el consumo de carne y pescado y centrarse en productos que sean más ecológicos y sostenibles con el medio ambiente”.
La especialista resalta la importancia de seguir las proporciones adecuadas en los platos: 50% del contenido que sean verduras y/o hortalizas, para la función reguladora, y 30% de cereales y/o tubérculos y 20% de alimentos proteicos para la función energética.
En el caso de los últimos, hay una gran variedad de alimentos de origen vegetal que proporcionan grandes cantidades de proteína, como son el Seitán, que admite las mismas elaboraciones que la carne; el Tempeh, que es muy empleado para regular y mantener la flora intestinal; y el famoso Tofu, que bien tratado absorbe fácilmente cualquier sabor que se añada al plato.
Independientemente de cada opción alimentaria, siempre es recomendable acudir a un nutricionista o dietista cuando se trate de realizar un cambio alimentario, garantizando una adaptación paulatina que asegure un hábito saludable.