El Consejo de Ministros celebrado ayer aprobó, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), que la empresa pública Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed) ejecute, entre otras actuaciones, las obras de ampliación de la desalinizadora de Blanes.
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Esta ampliación, que se conoce como Tordera II, ubicada en el término municipal de Blanes, requerirá una inversión de 290 millones de euros. Cuando Acuamed finalice las obras, cederá la desalinizadora a la empresa pública de la Generalitat Ens d’Abastament d’Aigua Ter Llobregat (ATL), que se encargará de gestionar su funcionamiento.
Un aspecto muy importante es que la financiación de ambas plantas se hará con fondos europeos, en concepto de créditos que deberán devolverse, en virtud del principio de recuperación de costes que establece la normativa europea en las infraestructuras del agua. Por lo tanto, al final la ampliación de la desalinizadora la pagarán los ciudadanos con sus impuestos.
El objetivo de la ampliación de la desalinizadora de Blanes es la reducción progresiva del trasvase de aguas del río Ter a Barcelona, con un incremento de las reservas que permitirán más aumentar el caudal ambiental del río, además de dar autosuficiencia en la provincia de Girona y reducción de las extracciones de los acuíferos del Maresme y Tordera.
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Con la ampliación de la desalinizadora de Blanes (Tordera II) se pasará a tratar 60 hectómetros cúbicos de agua al año, lo que permitirá multiplicar por tres la actual capacidad de desalación. El plazo de ejecución estimado de las obras de ampliación es de 50 meses (previsiblemente finalizarán en 2028).