Àngel Canosa (ERC) y Jordi Urgell (Blanes en Comú Podem) / Fotos: Instagram

Si los dirigentes ERC de Blanes y Blanes en Comú Podem no están nerviosos, al menos están preocupados ya que el PSC de Blanes, formación que ganó las elecciones municipales el pasado 28 de mayo, recibe reproches de los dos grupos que han gobernado la ciudad el anterior mandato.

La semiótica -la disciplina que estudia los códigos, sus significados y significantes, además de sus connotaciones y denotaciones-, y que hizo furor en los años 70 y 80 del pasado siglo, proclama con orgullosa astucia que si uno no sabe una cosa, puede averiguarla si conoce el código en el que se inserta. En este caso me refiero al código de la confusa y, por tanto, desestructurada política local. 

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La sorpresa saltó ayer, cuando tanto ERC como los comunes de Blanes divulgaron en sus redes sociales sendos comunicados que dejan entrever que lo tienen difícil para ser el partner del PSC en el futuro gobierno que podría formarse para gestionar el Ayuntamiento hasta mayo de 2027. 

ERC de Blanes emitió este comunicado en su página de Facebook. Cojan aire, pues no tiene ni un miserable punto y seguido:

«11 días después del 28 de mayo, día que blandenses y blandensas, fuimos a votar para escoger a nuestros representantes municipales en el Ayuntamiento, y después de haber hablado con diferentes formaciones políticas de nuestra villa, y viendo que el partido que ganó las elecciones [el PSC; 6 concejales], no tiene claro qué pactos hará, y qué mayoría tendrá, desde Esquerra Blanes, como segunda fuerza política derivada de aquellos resultados [4 concejales, uno menos que en 2019], nos vemos en la obligación, por responsabilidad hacia nuestra población, de empezar a hablar con el resto de fuerzas políticas, evidentemente progresistas y demócratas, para hacer una mayoría fuerte, alternativa a la fuerza ganadora, que pueda sacar adelante todos los proyectos que ya están en marcha, para que nuestra villa siga avanzando hacia un futuro, que blandenses y blandensas, nos merecemos».

Esa «mayoría fuerte, alternativa» al PSC y «progresista», solo podría venir -¿con cojera estructural?- de un pacto entre ERC y En Comú Podem, que se antoja problemático dadas las previsibles malas relaciones entre ambas formaciones, después de la zancadilla/trampa orquestada por ERC contra sus socios de gobierno, hace ahora un año, y que acabó con la salida voluntaria de los Comunes del gobierno local. Después, deberían pactar con tres de los cinco partidos (Grup Blanes; CUP y Blanes Sí) que estarán en el Consistorio con un solo concejal, pues se debe excluir al PP y Vox, también con un concejal cada uno. 

Esquerra se reivindica como «segunda fuerza política». ¿Qué nos está diciendo, al recordar esta obviedad? ¿Que le corresponde ser el socio preferente del PSC, o que será el principal partido de la oposición?

Por su parte, los Comunes divulgaron este comunicado:

«Tras los resultados obtenidos el pasado 28 de mayo, donde Blanes En Comú Podem (BECP) obtuvo 3 concejales [2 menos que en 2019] y fue la tercera fuerza política, la asamblea de la formación acordó iniciar contactos con las formaciones de izquierdas del plenario para la formación de un gobierno con el PSC».

«Con este objetivo, el pasado martes [6 de junio], una delegación del PSC y una de BECP estuvieron reunidas más de dos horas, valorando las posibilidades de un equipo de gobierno de 9 concejales y concejalas. El PSC, por su lado, mantiene contactos para la formación de un posible gobierno con Junts».

«La formación de izquierdas pone de relieve que, en la jornada electoral, los barrios y distritos del municipio han dado un resultado y votación claramente de progreso, que se ha traducido en un resultado en el plenario de mayoría progresista, que debe ser correspondida con un gobierno que la represente, siendo ésta un gobierno de coalición. Es por este motivo que los comunes hacen un llamamiento a los y las socialistas a Blanes para llegar a un acuerdo de gobierno de progreso en el Ayuntamiento antes del próximo sábado 17 de junio».

De este comunicado se desprenden varias cosas: 1/ que BECP, al menos hasta ayer viernes, no se ha reunido con ERC y 2/ que se pone el acento en la apelación a que el voto de izquierdas ganó el 28M en «los barrios» con un resultado «claramente de progreso». Es decir, BECP pide al PSC que atienda al resultado electoral y que actúe en consecuencia. 

Ya lo sabemos, pero hay que recordarlo una vez más: la política hace extraños compañeros de cama.

¿Corresponderá el PSC la petición de formar gobierno con los Comunes de Blanes, o tiene ya una pareja alternativa, o la está buscando/negociando? El código del resultado electoral tiene la respuesta. Pero en Blanes, el código de la política local también tiene se rige por esta máxima: con frecuencia es un mar de dudas y la sorpresa puede y suele saltar a última hora, cuando el pescado parece que está vendido. Es un dato que no hay que descartar.

Posdata

Estaría bien que se opere una mutación en el susodicho código y que el partido ganador introduzca un nuevo gen: el de apresurarse a poner sus cartas sobre la mesa. Es decir, a definirse y ser transparente. Muchos municipios del tamaño de Blanes están ya cerrando y anunciando sus pactos de gobierno.

José Fernández García