Los últimos días estamos viviendo uno de los episodios más esperpénticos de la coalición formada por ERC y Blanes en Comú Podem que gobierna, o mejor dicho, desgobierna nuestra ciudad. Me refiero a la campaña de asfaltado, valorada en 197.000 euros y que debe reparar parcialmente 29 calles y abarcar un total de 4.700 m2.
Resulta obvio que esta campaña de asfaltado está resultando una auténtica chapuza. Además, se ha demorado de forma premeditada para darle un cariz propagandístico cuando solo queda un año para las elecciones municipales de 2023. Una mala actuación se pretende vender como gestión eficiente.
Si ya de por sí las calles y avenidas de nuestra ciudad están abandonadas, sucias y venidas a menos, esta campaña lejos de mejorar la imagen de nuestros barrios y del conjunto de la ciudad, la está empeorando de una manera notable.
Desde esta tribuna no pretendo cuestionar el criterio con el que se han elegido unas u otras calles. Muchas, demasiadas, están en un estado deplorable y es obvio que debe resultar difícil priorizar. Por eso, el estado del asfalto de la ciudad debe contemplarse como un problema global y darle una respuesta integral priorizando las calles y avenidas más transitadas.
Estos días recorro las calles que ya se han asfaltado y la visión de multitud de parches en una misma calle me lleva a preguntarme: «¿A quién se la ha ocurrido esto?. ¿No es más fácil asfaltar un amplio tramo de la calzada que hacer tantísimo retal en apenas 200 metros lineales?». Sobre todo si a pocos metros el asfalto destrozado se queda sin reparar, como sucede en la calle Sebatià Llorens, a pocos metros del CAP 1.
Blanes saldrá de esta campaña convertida en la ciudad de los 4.700 m2 de retales de asfalto, acentuando el perfil de municipio abonado a la improvisación y la chapuza. Los 197.000 euros que se van a gastar en las 29 calles arroja una media de 6.800 euros por calle. Una minucia. Es decir, una muestra más de la ineficacia del actual equipo de gobierno, que aún no ha iniciado ni una sola de las inversiones aprobadas en el presupuesto de este año. Supongo que lo dejarán para mañana, cuando aún estén más cerca las elecciones.
Blanes ha perdido empuje, ha perdido fuelle. La campaña de asfaltado es el reflejo de una ciudad gobernada desde la improvisación, que está en un bache del que no consigue salir adelante. Pero Blanes tiene que despertar y diseñar su estrategia de cambio.
Jordi Hernández Martínez
Primer Secretario del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) de Blanes