Este fin de semana uno de los principales atractivos con los que han contado los vecinos de Blanes y Malgrat de Mar ha sido poder visitar y atravesar el nuevo puente que une por carretera las dos poblaciones que limitan territorialmente Girona y Barcelona. El puente se abrió al tráfico de vehículos el pasado viernes.
Desde el pasado 22 de enero, en que la inundación del río a consecuencia del Temporal Gloria destrozó el puente viario y el ferroviario, la circulación estaba interrumpida.
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Esta mañana, aprovechando el buen tiempo, varios cientos de personas han recorrido la infraestructura, apreciando sus características, así como contemplar el puente ferroviario, cuya construcción también ha finalizado ya. Ayer, el mal tiempo frenó la afluencia de visitantes.
La inmensa mayoría ha paseado por el puente a pie o en bicicleta. Y es que las medidas para contener la pandemia incluyen el confinamiento municipal, por lo que durante este fin de semana sólo se podía cruzar el puente si era por causa justificada, extremo que se han encargado de comprobar agentes de la Policía Local de Blanes desde el viernes por la tarde, cuando entró en funcionamiento la nueva infraestructura.
Más ancho y con una pasarela para peatones y ciclistas
Uno de los aspectos más comentado por los que han ‘estrenado’ el puente ha sido las mejoras que ha supuesto respecto al anterior. No sólo porque hay un carril de ida y otro de vuelta con suficiente anchura para que puedan pasar dos vehículos con total seguridad. Junto a los viales para circulación rodada, hay un carril exclusivo para peatones y ciclistas separado por una valla metálica.
Con todo, dada la gran afluencia de público de hoy, añadido a que aún no se ha señalizado la separación de peatones y ciclistas en el carril, los agentes de la Policía Local de Blanes han aconsejado a los que circulaban en bicicleta que fueran por el vial de circulación de vehículos, en lugar de continuar por el carril protegido.
Precisamente uno de los últimos detalles que falta para arreglar el puente hasta que la obra no sea entregada a las respectivas diputaciones de Girona y Barcelona -responsables de su mantenimiento-, es la instalación de señalización horizontal y vertical. La construcción del nuevo puente, que ha ido a cargo de la Generalidad de Cataluña, ha significado un coste de 4’6 millones de euros, tiene una longitud de 220 metros y una anchura de 13 metros.
También llama la atención la altura del puente, que es mucho más elevada que la anterior que había hasta ahora. La estructura consta de cuatro pilares que dan lugar a tres tramos de 51 metros, y en dos de 33. Por esta carretera se calcula que circulan diariamente una media de 8.000 vehículos.