Hoy se han reabierto los dos parques de perros que hay en Blanes con la obligación de mantener la debida separación entre personas, es decir, sin que en estos espacios se produzcan aglomeraciones, en prevención de posibles contagios del coronavirus.
La reapertura de los parques de perros se ha hecho efectiva cuando empledos municipales han retirad los precintos que se instalaron al principio de la pandemia. Fue hace tres meses, a mediados de marzo, cuando también se precintaron los parques infantiles que durante la fase 3, en la que entre hoy Blanes, deben continuar cerrados.
Por otra parte, se ha recordado la obligatoriedad de llevar mascarillas en caso de que no se pueda mantener la distancia de seguridad permitida para evitar situaciones de riesgo, así como el resto de recomendaciones a seguir. También se ha advertido sobre la necesidad de seguir estas conductas en la utilización de las zonas de recreo canino ya que, de lo contrario, se ha avanzado que la decisión será cerrar de nuevo.
En otro orden de cuestiones, se ha recordado que la presencia de perros en las playas no está permitida, una prohibición que -sobre todo ahora que las playas pueden volver a utilizarse, deben tener en cuenta todos los que lleven los animales de compañía a pasear. En este sentido, en caso de incumplir esta normativa, la Ordenanza de Protección, Control y Tenencia de Animales prevé sanciones para quienes lleven sus perros en la playa.
A lo largo de las primeras etapas del período del confinamiento, durante el cual las áreas de recreo caninas han sido cerradas, se han seguido desarrollando con toda normalidad las tareas de mantenimiento. El objetivo ha sido garantizar la funcionalidad y seguridad de estos espacios en el momento de su reapertura, que se ha hecho efectiva finalmente casi tres meses más tarde que se clausuraron.
Los parques para perros se crearon en 2018 y está previsto crear dos más en el Plan Parcial Costa Brava. Uno de los parques está en el barrio de Cuatro Vientos, y se trata del más grande de los dos. Con una superficie de 900 m2, está rodeado de una valla metálica de 1,5 metros de altura que impide la salida de los animales fuera del recinto sin el control de sus dueños. Toda la zona dispone de un riego por aspersión ubicado a lo largo de todo el perímetro.
La otra área de recreo canina está situada en el barrio de Mas Moixa, y ocupa una superficie de 630 m2. También dispone de una valla perimetral que mide un metro y medio de altura, así como de un sistema de doble puerta de acceso.