Al igual que el turrón llega por Navidad, el asfalto reparador aparece en vísperas de las elecciones municipales y Blanes en 2015 no será una excepción. Porque el pleno del Ayuntamiento aprobó ayer una modificación del presupuesto que comportará ampliar el proyecto de reparación del pavimento que se está tramitando, de forma que se podrán destinar en números redondos unos 700.000 euros.
El alcalde Josep Marigó dijo que de esa cantidad, el Consistorio solo desembolsará unos 65.000 euros, pues el resto es el suma de tres subvenciones de la Diputació de Girona, una de ellas de 370.000 euros.
La subvención de la Diputació, gobernada por CiU, forma parte de un acuerdo adoptado el pasado mes de abril, mediante el cual se destinan 9,1 millones de euros a subvencionar inversiones sostenibles en los municipios de la demarcación, la mayoría de los cuales están gobernados por CiU.
El alcalde subrayó que la recepción de esa subvención está condicionada a que se adjudique la inversión antes del próximo 15 de diciembre, lo cual obliga al equipo de gobierno y los técnicos municipales a trabajar con un calendario muy ajustado, lo cual comporta que se esté tramitando por la vía de urgencia. Con este argumentó desarboló a EUiA-ICV, que se queja de que no se consulte a los representantes vecinales en la elaboración de las zonas que se han de reasfaltar.
En su intervención, Marigó explicó otra peculiaridad de la subvención: el dinero se debe gastar en proyectos sostenibles, es decir, que no generen en el futuro gastos de mantenimiento.
Asimismo, negó que el proyecto de reparar el asfalto tenga un objetivo electoralista. Aseguró que si se hubiese tenido el dinero hace dos años, el proyecto se habría acometido sin dilación, porque el estado del pavimento de muchas calles de la ciudad es deplorable desde hace años y los 700.000 euros sólo darán para reparar una parte de los tramos en mal estado.
Remarcó que “hace dos años el Ayuntamiento no teníamos dinero y ahora sí”. Por tanto, habrá que plantearse si la jugada electoralista (las subvenciones que totalizan 9,1 millones de euros) procede de la Diputació de Girona, que contribuiría a que se sostengan los municipios, precisamente cuando se está agotando la legislatura.
En otro momento de su intervención, explicó que cuando se liquide el gasto ocasionado por la construcción del campo de fútbol de la Ciudad Deportiva, el dinero sobrante se destinará a la campaña de asfaltado, lo cual podría comportar que la inversión llegue a superar los 800.000 euros. Y recordó que el mantenimiento del asfalto es una “obligación” del Ayuntamiento, frente a otros gastos que asume o pueda asumir, pero que no son de su estricta competencia.
Que asfalto y elecciones muchas veces están indisolublemente unidos quedó demostrado en la votación: 11 votos a favor (PSC y PP) y 10 en contra (CiU, EUiA-ICV y la concejala Lourdes Fàbrega). A pesar de ser un clamor ciudadano el calamitoso estado de las calles, la oposición no encontró argumentos para apoyar al equipo de gobierno.
CiU pide rescatar zonas azules
CiU recordó que votó junto con el PSC la creación de las zonas verdes, pero a condición de rescatar zonas de pago en cuanto la situación económica lo permitiese. Con este argumento, planteó que una parte de la subvención -los cien mil euros que se han añadido hasta totalizar los 700.000 mediante una modificación puntual del presupuesto-, podría destinarse a ese fin.
El portavoz de CiU, Joaquim Torrecillas, aprovechó para trazar un panorama en el que las zonas azules han castigado el turismo y la restauración durante la recien acabada temporada de verano. Para que no quepan dudas, dio a entender que ha oido comentarios que apuntan que sale más caro aparcar el vehículo unas horas en Blanes que comer en un restaurante.
Por su parte, Víctor Catalan (EUiA-ICV) afirmó que además del asfalto en mal estado, en Blanes hay otras muchas deficiencias a solventar y que hay que establecer “prioridades”. También, reclamó que se consulte a los grupos de la oposición y las entidades vecinales a la hora de determinar las zonas a reasfaltar.
Texto: José Fernández