Desde hace un mes el cava Mont-Ferrant es parte de la historia de Blanes ya que a finales de septiembre se alcanzó un acuerdo entre los propietarios de la empresa, Grupo Parxet y los trabajadores para resolver el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que se había presentado por pérdidas durante los dos años anteriores.
Grupo Parxet (familia Rventós – Basagoiti), que había comprado el pasado mes de julio la empresa a Agrolimen, ofreció a 12 de los 19 trabajadores que han sido despedidos indemnizaciones de 20 días por año trabajado con un tope de 12 mensualidades, el mínimo que permite la actual legislación.
Sin embargo, la negociación ha dejado las indemnizaciones en 30 días por año trabajado y un máximo de 20 mensualidades, según explicó a Blanesaldia Antonio Membrives, de 53 años, que era el director de Caves Mont-Ferrant. Membrives comentó que la media de edad de la plantilla se sitúa entorno a los 50 años y que la mayoría llevaban por término medio 30 años en la empresa.
Los 10 trabajadores que la empresa tenía en Blanes perdieron el empleo. A estos se le han sumado dos administrativos más que tenían el puesto de trabajo en Barcelona, donde estaban las oficinas. Por tanto, por ahora siete trabajadores conservan el empleo, la mayoría comerciales.
En la actualidad un empleado acude a las instalaciones que la empresa tiene en la ciudad, pues aún se está pocediendo al vaciado de la empresa y realización de trabajos residuales. La empresa Agrolimen es la propietaria de las instalaciones de la empresa, pero la tiene alquilada a Grupo Parchet.
1,2 millones de botellas
La operación de cierre de la empresa ha comportado que salgan de Blanes entorno a 1,2 millones de botellas, cuya venta podría haber reportado un rápido beneficio a los responsables de Grupo Parchet, incluso comercializando el cava como marca blanca.
Membrives manifestó que en 2012 se vendieron aproximadamente medio millón de botellas de cava y que un 10% iba destinado a la exportación. Pero los años anteriores a la crisis, las ventas se situaban entorno a las 700.000 botellas, que se vendían en el mercado nacional. Con la crisis, las ventas descendieron cada año entorno a un 12% aproximadamente.
Fugaz internacionalización
Los dos últimos años se intentó paliar el descenso de las ventas con la exportación, pero al tratarse de un cava de calidad y estar posicionado en el segmento de los que tienen un precio alto, consolidar e incrementar las exportaciones es un trabajo lento y laborioso, que habría requerido varias años más para ofrecer unas cifras significativas.
El cava local empezaba a penetrar en mercados de Estados Unidos y China, este último considerado difícil aunque con gran potencial de futuro. Fugazmente, Caves Mont-Ferrant, que se fundó en 1865 y que fue la primera empresa catalana que elaboró cava, se internacionalizó.
A partir de ahora, la marca seguirá apareciendo en las botellas de cava, pero se producirá en Vilafranca del Penedès. La etiqueta podrá ser la misma, pero está por ver si la calidad se hace un hueco entre los brindis que se hagan en la ciudad. En cualquier caso, es seguro que para los blandenses ya no tendrán la carga emotiva que aportaba sellar sueños y deseos de buenos augurios con cava hecho en Blanes.