«Lo hemos intentado todo, pero no nos hacen caso». Así razona el alcalde de Palafolls, Valentí Agustí (PSC), la decisión de impedir el acceso a las zonas de la N-II donde habitualmente se ejerce la prostitución. Las quejas de los vecinos han provocado la reacción municipal y se plantean instalar barreras de hormigón del tipo Nueva Jersey en los puntos donde se asientan las mujeres. / Esta noticia se puede leer en www.lavanguardia.com.