Los inmigrantes no invaden Blanes: en seis años han aumentado en 2.600 personas

El pasado jueves el secretario general de Vox y diputado en el Parlament de Catalunya, Ignacio Garriga, se plantó delante de la sede de su partido en Blanes, y lanzó su conocido discurso de demonización del inmigrante irregular.

Garriga aludió a la estancia estos días en un hotel de la ciudad, de tres estrellas, de varias decenas de inmigrantes que casi con toda seguridad llegaron a España en patera desde la costa africana a las Islas Canarias.

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Dijo que eran «doscientas» las personas que se alojan en el hotel, una cifra que no ha dado ninguna Administración y que por tanto, no se sabe de dónde ha salido. Por su parte, el diputado Alberto Tarradas dijo en otro vídeo que el año pasado ya estuvieron en el mismo hotel «cuatrocientos» inmigrantes, otra cifra que tampoco ha divulgado ningún organismo estatal o autonómico.

Todo ello le sirvió al líder de Vox para calificar la situación que estamos viviendo de auténtica «invasión». Para apreciar en su justa dimensión las exageraciones que soltó en cinco minutos, lo mejor es escucharle. Este es el vídeo de sus declaraciones.

Como suele ser habitual el discurso xenófobo y tremendista de los líderes de Vox se nutre de medias verdades, exageraciones (califica como hotel de lujo a uno de tres estrellas) y mentiras, pero sobre todo por introducir mutaciones en la argumentación que suponen una escalada, un salto cualitativo que desemboca en la criminalización del inmigrante. Un ejemplo de lo que decimos está en el primer minuto del discurso de Garriga. 

Empieza utilizando el verbo en pasado. Dice que en Blanes «había un comercio dinámico, donde los vecinos podían salir a la hora que les diera la gana, con tranquilidad, con sus hijos…», con lo cual se infiere que eso ya no es así en la actualidad. Es decir, de creerle, en Blanes ya no hay tranquilidad, ni libertad para salir a la calle a la hora que uno quiera.

Porque, según Garriga «hoy la realidad es totalmente distinta. La invasión de inmigración ilegal descontrolada ha destrozado el comercio local. Antes, donde había papelerías de catalanes ahora hay carnicerías jalal. Antes, donde había comercios de ropa nacional, ahora vemos que son de chilaba». Jalal y chilaba: el musulmán en el punto de mira. El culpable de esta supuesta situación son las políticas mancomunadas de «socialistas y separatistas». 

El salto cualitativo de su discurso, la mutación argumental a la que antes aludía, se produce cuando atribuye a los políticos que nos gobiernan «cambiar la identidad de nuestros barrios». Es decir, nuestros barrios ya son irreconocibles para sus habitantes, que están al borde de ser extranjeros en propio barrio, en su propia tierra.

La escalada verbal prosigue y donde se hace visible es en que ya hoy día hay «edificios enteros» habitados, no por inmigrantes venidos de Murcia y otras comunidades, sino por personas «que están en Cataluña de manera irregular». 

En consecuencia, supuestamente se está consumando una política de sustitución de personas ajenas a nuestra cultura e idiosincrasia, que impide a los vecinos de toda la vida «disfrutar de esas calles y esos barrios que les vieron crecer». La conclusión de esta disparatada y maniquea argumentación es que el inmigrante es el culpable de la supuesta degradación de nuestros barrios y de la convivencia.

Este discurso, que Vox viene repitiendo de forma inalterada desde su fundación, le ha granjeado una base electoral fiel que parece consolidarse con el paso del tiempo e incluso no se puede descartar que crezca en el futuro.

La performance electoral de Vox en Blanes es destacable. Si en las elecciones municipales de mayo de 2019 logró 317 votos (1,97%), en las de 2023 recogió 842 papeletas (6,22%), que llevaron un concejal al Ayuntamiento. En las elecciones generales anticipadas del 23-J de 2023 Vox obtuvo en Blanes 1.434 votos (8,05%), solo 149 votos menos que Junts per Catalunya.

En las últimas, las autonómicas del pasado 12 de mayo, consiguió casi igualar los votos del 23-J ya que 1.322 blandenses (8,88%) le dieron su apoyo. Al final de la campaña electoral Vox inauguró su local en el barrio de La Plantera, curiosamente situado a solo 200 metros del de Blanes en Comú.

Pero volvamos al tema central que motiva este texto: los inmigrantes y la supuesta «invasión» que Blanes padece a costa de este colectivo que, de paso, estaría degradando las condiciones de vida de los blandenses.

Según la estadística de habitantes por nacionalidad que aparece en la web del Ayuntamiento y que se actualiza manteniendo los datos de meses anteriores, Blanes tiene en la actualidad 42.776 habitantes, de los que 34.048 (79,60%) son españoles y 8.738 extranjeros (20,40%).

Hemos agrupado este heterogéneo grupo por continentes, asignando a Europa dos categorías: europeos comunitarios, europeos extracomunitarios, incluyendo a los rusos; americanos del norte y del sur; africanos y asiáticos, incluyendo en este último grupo a los países de Oriente Medio. Este es el desglose:

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Si al 20,4% de extranjeros le restamos los dos grupos de europeos, resulta que los extranjeros objeto de las diatribas de Vox son casi el 13% de la población local. Y si aún le restamos el grupo de los americanos, con los que compartimos muchos valores culturales y religiosos, comprobamos que africanos y asiáticos solo totalizan el 7% del total de residentes en Blanes. 

Demos ahora un vistazo al pasado. En octubre de 2018 Blanes tenía 39.352 habitantes, de los que 33.236 (84,46%) tenían el DNI en su cartera. Los extranjeros eran 6.116 (15,54%). Y, más recientemente, en octubre de 2022, la población total era de 41.617 habitantes, de los que 33.724 (81,03%) eran españoles y el resto, 7.893 (18,97%) extranjeros.

Por tanto, la población extranjera ha pasado en los últimos seis años de 6.116 individuos a 8.728. El aumento es de 2.612 extranjeros. La media anual es de 435 inmigrantes.

Por otra parte, la población total de Blanes ha crecido desde octubre de 2018 en 3.424 personas. Con lo cual, es evidente que la mayor parte de este aumento (2.612) corresponde a extranjeros o inmigrantes de todas las partes de mundo. 

Pero de ninguna manera puede tildarse ese ligero aumento de la población de «invasión», sin olvidar que deben ser muy pocos los que están viviendo de forma irregular. Precisamente, por ser un aumento moderado, los extranjeros que se dan de alta en el padrón municipal pueden integrarse mejor en nuestra sociedad, sin saturar los servicios que las administraciones públicas ofrecen a cualquier ciudadano.

Es una insensatez venir a Blanes a meter miedo en el cuerpo de la gente y cizaña en la sociedad cuando un análisis sosegado de la realidad cotidiana y de las cifras demuestra lo equivocado que está Vox en su análisis. Pero cuidado, porque esa repetición constante de un puñado de mentiras puede que no acabe convirtiéndose en verdad, pero al menos seguirá dando votos a los dirigentes de Vox. 

José Fernández García