La Policía Local de Blanes investiga los actos vandálicos que tuvieron lugar la madrugada del pasado en una parte de los barrios de La Plantera y Els Pins, cuyos vecinos padecen desde hace varios años de forma sistemática actos de vandalismo y destrozos en los vehículos presumiblemente.
Los destrozos los causan gamberros que acuden a las discotecas que hay en la zona. El personal de seguridad tiene fichados a algunos de estos individuos y les prohibe la entrada en la discoteca Arena. Los afectados no saben ya como defenderse de este problema y exigen a los políticos locales soluciones reales al constante deterioro de su calidad de vida.
La madrugada del pasado domingo fue especialmente violenta pues en la calle Asturias (La Plantera) ardieron dos vehículos y una moto. Además 16 vehículos estacionados en la Avenida Villa de Madrid (Els Pins) sufrieron daños, que en su mayoría fueron roturas de espejos retrovisores y limpiaparabrisas.
Según informa el Ayuntamiento, «la Policía Local está sobre la pista de los presuntos autores de unos y otros hechos, ya que se trata de dos hechos aislados, que no tienen conexión entre si».
El incendio se inició a resultas de que un autor o autores prendieron fuego a una motocicleta que estaba estacionada en la calle, muy cerca de los dos turismos que terminaron afectados por las llamas. En la extinción participaron dos patrullas de la Policía Local de Blanes y dos dotaciones de los Bomberos de la Generalitat.
Un problema endémico
Desde el Ayuntamiento se viene abordando el problema a trompicones. Ha emitido dos decretos de restricción de horario de diversos locales, pero han sido insuficientes y se dispone a aprobar y aplicar un tercero (el pasado sábado precisamente venció el plazo de alegaciones) que comprende una serie de calles en las que se ubican ochos locales del tipo discoteca, sala de baile y sala de fiestas.
La restricción de horario de los locales no les parece a una parte de los vecinos una buena solución, pues al cerrar el local a media noche, los jóvenes, en vez de dirigirse a la estación de tren para regresar a sus poblaciones de origen, deambulan por el barrio a la espera del primer tren del día causando ruido y molestias a los residentes en la zona. Además, realizan botellón y algunos se hacen sus necesidades en la vía pública y portales de viviendas. Los más violentos, se dedican a causar destrozos en vehículos y mobiliario urbano.