El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), ha puesto en marcha la campaña informativa Con la acrilamida no desentones. Elige dorado, elige salud.
Con la colaboración del Foro InterAlimentario, más de 300 profesionales del ámbito público y privado de la seguridad alimentaria, así como del mundo científico, universitario y asociaciones de consumidores han abordado los aspectos científicos y normativos que rodean a la acrilamida.
La Directora Ejecutiva de la AECOSAN, Marta García, ha destacado la necesidad de difundir entre los consumidores información para disminuir la exposición a la acrilamida. En una jornada celebrada la pasada semana se presentó material informativo para concienciar a la población de los riesgos para la salud que comporta la acrilamida y que incluye consejos sobre formas de cocinado que eviten las altas concentraciones de esta sustancia en los alimentos.
La acrilamida es un compuesto orgánico que se forma al cocinar a altas temperaturas (más de 120ºC) y en ambientes de baja humedad determinados alimentos ricos en hidratos de carbono, como las patatas y los cereales.
Cuando horneamos, tostamos o freímos en exceso estos alimentos, se producen concentraciones elevadas de acrilamida. Algunos ensayos con animales indican que las concentraciones de acrilamida en alimentos podrían ser cancerígenas.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) también ha señalado que la acrilamida podría ser genotóxica y cancerígena, aunque ha destacado que no hay evidencia de estos efectos en seres humanos y que son necesarios más estudios.
El pasado mes de abril entró en vigor el nuevo Reglamento (UE) 2017/2158 de la Comisión Europea, que reconoce a la acrilamida como un contaminante e insta a su control a lo largo de la cadena alimentaria. Para ello, establece medidas de mitigación obligatorias para los operadores de empresas alimentarias (industria, catering y restauración, entre otras) y niveles de referencia para reducir la presencia de acrilamida en los alimentos. La Directora Ejecutiva de la AECOSAN ha destacado la importancia de informar de los detalles de la nueva legislación Europea para ayudar a armonizar las actuaciones que se lleven a cabo al aplicarla en España.
Uno de los ejemplos más claros para identificar el exceso de acrilamida, como recogen el folleto y el vídeo que acompaña esta noticia, que ha elaborado la AECOSAN, es detectar el color de los alimentos fritos, tostados y empanados, como las patatas y sus derivados, las galletas, la bollería, el pan y alimentos empanados y rebozados. Se trata no cocinarlos en exceso, de evitar que su color sea marrón. De ahí surge el lema de la campaña: “Elige dorado, elige salud”.