Para ello se ha remitido a los partidos dos preguntas y se les ha informado que las respuestas se publicarán por separado los próximos días. Comenzamos hoy a dar cuenta de las respuestas reproduciendo la que ha remitido ICV-EUiA.
Pregunta.- ¿Está ICV-EUiA Blanes a favor o en contra de que los propietarios de una segunda residencia en Blanes paguen más por el recibo del agua?
Respuesta.- Primero de todo queremos señalar que los ciudadanos que tienen una segunda residencia en Blanes nos merecen el mismo respeto y consideración que los residentes permanentes. De hecho, nuestra formación política también tiene implantación en sus municipios de origen y aspiramos a merecernos su confianza.
Nosotros estamos a favor de que estos propietarios paguen un poco más por el recibo del agua por el siguiente motivo. Para todos los municipios es muy importante la aportación económica que el gobierno estatal proporciona. La cantidad se calcula en función del número de habitantes empadronados en el municipio. En Blanes únicamente la mitad de viviendas son de primera residencia, con lo cual recibimos una aportación en base a 40.000 habitantes pero debemos tener y mantener una serie de infraestructuras y servicios para un pueblo de 80.000 habitantes. Por ejemplo en verano, con la llegada del turismo debemos incrementar la dotación policial, el servicio de limpieza, etc.
Pregunta.- El Sindic de Greuges, a la vista de la jurisprudencia sobre casos similares, considera que hacer pagar un sobrecoste a los propietarios de segunda residencia es «discriminatorio». ¿Qué opina ICV-EUiA de Blanes sobre la postura del Síndic?
Respuesta.- La opinión del Síndic de Greuges nos merece toda la atención y respeto. Es una persona con criterio y cualificada. Está claro que no nos gusta pagar impuestos pero debemos hacerlo si queremos que las administraciones nos proporcionen servicios y que sirva para paliar desigualdades sociales.
A nosotros nos gustan más los impuestos indirectos que los directos. Los impuestos directos son iguales para todos, en ese aspecto no discriminan a nadie pero no atenúan las desigualdades sociales. Por ejemplo, el IVA. Pagar el IVA por comprar un litro de leche, para un jubilado que gana una pensión de 500 euros al mes es un esfuerzo, en cambio para un millonario ese IVA le resulta anecdótico. Sin embargo el impuesto de la renta hace pagar más a los más ricos que a los pobres, aunque en los últimos años el PSOE y PP lo han ido limitando. De esta manera los ricos contribuyen a mejorar la calidad de vida de los más pobres, si estos dineros se destinan a ello, claro está.
Por ello creemos que los impuestos indirectos deberían bajar y aumentar los directos.