Las dificultades económicas de Blanes impregnan el pleno de septiembre

Cuando no hay dinero, la retórica gana espacio. Esa es la sensación que dejó ayer tarde la celebración del pleno del Ayuntamiento de Blanes, cuyo orden del día lo conformaban 13 asuntos además de seis mociones y el habitual apartado de ruegos y preguntas. La sesión sirvió para enviar por una buena temporada al archivo el proyecto de reforma de la calle Colom, ubicada en la zona de los cámpings y por tanto llamado a revitalizar la actividad turística de la población.

 

 El proyecto de la calle Colom asciende a siete millones de euros y el equipo de gobierno ha tenido que claudicar de llevarlo a cabo al constatar que la empresa municipal Aigues de Blanes (de la que el Ayuntamiento posee el 51% del capital) no ha conseguido que la banca le conceda un préstamo de tres millones de euros. En las intervenciones de los grupos los portavoces coincidieron en señalar que el turismo aguanta la crisis y que es el único sector que da muestras de vitalidad. El alcalde Josep Marigó dijo que «se ha trabajado para hacerlo posible» y que se había avanzado en su tramitación, pues se han resuelto las alegaciones al proyecto y se habían establecido las contribuciones especiales. Además, los técnicos de Urbanismo y Hacienda han trabajo de forma coordinada en perfilar aspectos del proyecto. Pero al hacer recuento del dinero disponible falta la aportación municipal, lo cual hace inviable por ahora su ejecución.

Joan Salmerón, de ICV-EUiA, recodó que su grupo se había opuesto en el pasado a la financiación del proyecto, por no ver claro que la institución local tuviese dinero para invertir. Manifestó que «si el Ayuntamiento no puede pedir crédito, tampoco nuestras empresas», porque se endeudarían de forma peligrosa. El concejal lamentó que el anterior equipo de gobierno hubiese creado unas «expectativas» que ahora pueden generar «frustración».

En un posterior turno de palabra, Marigó dijo que se trabajará por «reconducir» el préstamo de 2,1 millones que concedió el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para realizar el proyecto. De su intervención no quedó claro si ese dinero se deberá devolver o si ya se ha gastado, como sospecha el portavoz de ICV-EUiA.

La reforma de S’Auger – Sa Massaneda

Otro asunto del pleno consistió en nombrar los nuevos miembros del comité de evaluación y seguimiento del proyecto de reforma del sector S’Auger – Sa Massaneda. La mejora urbanística de estos barrios depende de la Ley de Barrios y su financiación correponde a partes iguales a la Generalitat y el Ayuntamiento. Hace ahora casi un año (el 6 de octubre de 2010) se firmó el convenio. La reforma se presupuestó en nueve millones de euros, que deberían invertirse durante los próximos años, a medida que se haga por fases la reforma.

El nombramiento de los miembros del comité sirvió para que ICV-EUiA preguntase cómo está la financiación del proyecto. Josep Marigó explicó que la primera anualidad es la de menor cuantía (por ser menor la inversión prevista) y que el convenio establece que después de que el Ayuntamiento certifique la realización de obras parciales, la Generalitat pagará la parte que le corresponde. Según dijo, suele hacerlo «un año y medio después», lo cual implica que inicialmente el Ayuntamiento debe pagar el 100% de la obra. Por lo demás, el dinero de la aportación municipal debe obtenerse de la venta de fincas «y la mayoría aún no están registradas a favor del Ayuntamiento», además de no ser buena época para vender, según explicó el alcalde. La Generalitat ha paralizado las convocatorias de la Ley de Barrios, mediante la cual cada año se aprobaban inversiones en municipios de Catalunya.

La reforma de S’Auger – Sa Massaneda fue de las últimas aprobadas por la Generalitat y toda apunta que mantendrá el compromiso de apoyar las reformas que se realicen. Pero, una vez más, la aportación local al proyecto cojea y su futuro se vislumbra problemático y dificultoso. No obstante, Josep Marigó dijo que se habían realizado reformas en un edificio municipal situado en la calle Vela y que al menos es una aportación a la mejora del barrio.

Este punto del orden del día se aprobó con los votos de PSC, CiU y PP y el voto en contra de ICV-EUiA, que reclamó que en el comité de seguimiento figuren miembros del área de Hacienda.

Participación para gestionar la crisis

El pleno aprobó constiuir una Comisión de Participación Ciudadana que se encargará de hacer un «seguimiento de los reajustes económicos y de servicios». En la misma estarán representadas las entidades vecinales y las asociaciones de padres de los colegios y aquellas que desarrollan actividades sociales. Josep Marigó comentó que la finalidad de la comisión es trabajar de forma «ordenada y seria en temas que afectan a los servicios públicos, para que funcionen bien». Pero tras sus palabras se enconde la desagradable tarea de establecer en qué partidas se aplicará la tijera o se suben impuestos, procurando causar el menor impacto social.

La creación de esta comisión es fruto de una reunión que mantuvo hace pocos días Marigó con la Plataforma Ciudadana de Blanes. Se aprobó con los votos de PSC, CiU y PP y la abstención de ICV-EUiA, pues el regidor Joan Salmerón dijo al inicio de su intervención que «no sabemos qué votaremos» ya que se suscitaron dudas acerca de la representación de las entidades en la comisión.

Aprobación de dos obras de mejora

El pleno aparacó la crisis cuando dio luz verde, con sólo la abstención de ICV-EUiA, a la reforma de local municipal de la calle Ample -en el que hasta hace pocos días se ubicaba la concejalía de Cultura- y a la fachada del antiguo pabellón polideportivo, así como a la superficie de 2.300 metros cuadrados que lo rodea y que está próxima a la Plaça del Països Catalans. Este asunto se trató en la junta de gobierno del pasado 22 de septiembre y el equipo de gobierno lo ha llevado al pleno a fin de ejecutar las reforma con la mayor celeridad.

La reforma del local municipal de la calle Ample es necesaria, pues se ha detectdo que el techo y los forjados que lo sustentan se encuentran en mal estado ya que se han producido filtraciones de aguas pluviales. El presupuesto de esta reforma ronda los 200.000 euros. Más costoso será adecentar la fachada del pabellón que da a la Plaça dels Països Catalans. Josep Marigó dijo que «hay que mejorar la categoría de la zona», que presenta una imagen descuidada y poco atractiva, en un lugar próximo a la fachada marítima de la población. La inversión superará los 400.000 euros. En el pleno los grupos coincidieron en que también se debe reformar el párking situado en la parte trasera del pabellón. El 50% de las inversiones estará subvencionado al ser actuaciones comprendidas en el PUOSC.

ICV-EUiA se abstuvo porque considera que hay otras necesidades pendientes.Y propuso tres opciones: construir una rotonda en la carretera de Tordera, para mejorar el acceso en coche al barrio de Ca La Guidó; construir el local social del barrio de Mas Florit y poner césped artificial en el campo de fútbol de la Ciudad Deportiva.

La Junta de Portavoces gana relevancia

Por último, antes de tratarse las mociones, el pleno aprobó por unanimidad una declaración política mediante la cual la Junta de Portavoces será el marco en el que se consensuen las decisiones estratégicas que afectarán a Blanes. También, que el citado órgano se reunirá cada 15 días y que el alcalde hará propuestas que, con la participación de los grupos, se irán modificando y perfilando.

La declaración, revestida de cierta solemnidad por parte del equipo de gobierno, tiene la virtud de ser breve y concisa, y también retórica en la misma comedida proporción. Por lo demás, es lógico que el PSC dé realce al papel de la Junta de Portavoces, pues gobierna en minoría y necesita del apoyo de la oposición.

Texto y edición: José Fernández