Son entre 60 y 70 niños menos que el año pasado pues la crisis económica que vivimos ha comportado que a algunas familias les sea imposible tenerlos a su cargo. Por este motivo, durante las últimas semanas las asociaciones de familias de acogida de diferentes poblaciones de Cataluña ha realizado llamamientos para buscar familias acogedoras. Otro factor en contra es que las ayudas económicas que destinan los ayuntamientos se han reducido.
Recibir a un niño o niña saharaui exige desde hace varios años un esfuerzo extra por parte de las familias, motivo por el cual es del todo encomiable la inversión de tiempo y dinero que realizan. Además, para los menores estar entre nosotros supone un cambio radical de sus hábitos de vida, ya que durante dos meses se distancian de las penurias que comporta la vida en los campamentos saharauis. El año pasado vinieron a Blanes 10 menores y este año son dos más. Al menos, es un dato positivo.
Texto y edición: José Fernández